Su pancita de cinco meses recién empieza a adivinarse debajo de la ropa . Ella, radiante y con la sonrisa a flor de piel, reconoce que todavía se está acomodando con las nuevas curvas que va tomando su cuerpo, pero está encantada, mientras disfruta con toda intensidad. En agosto, Luisana Lopilato (25) y su marido, el cantante canadiense Michael Bublé, serán padres por primera vez. Ilusionados, esperan la llegada del "principito" de la casa. "Me siento bien, muy feliz", asegura entusiasmada Lu, mientras se acomoda en la galería de su casa de Nordelta. Y dice, contundente: "Ya de chica soñaba con ser una mamá joven, con muchos hijos. Ojalá se me dé."
–¿Lo estaban buscando?
–Sí. Cuando me casé me cuestionaba si podría ser mamá. Creo que a muchas les pasa, especialmente cuando buscás y no viene tan rápido.
–¿Dónde te enteraste de que estabas embarazada?
–Acá, en casa. Pero estaba sola. Creía que era un atraso porque ya me había pasado otra vez. Se lo comenté a mi hermana, Daniela, y ella me trajo un test. Habíamos hecho todos los trámites con Mike, en la fecha que se supone que tiene que ser… Al día siguiente me iba a Canadá, así que me levanté a las 9, me lo hice y al toque me dio positivo. No lo podía creer. Leí el papel diez veces para ver si era correcto. Y hasta le saqué una foto y se la mandé a mi hermana para que me confirmara el resultado
–¿Lo llamaste enseguida a Mike?
–Aguanté, porque se lo quería decir personalmente. Mi mamá también me aconsejó esperar a verlo, porque hacía rato que esperábamos esta confirmación.
Y cuando se lo dije se emocionó mucho, lo mismo que su familia. Pero como yo me instalé dos meses allá, decidimos guardar el secreto para contarlo al resto de nuestros afectos una vez de vuelta en Argentina.
–¿Decidieron nombre?
–A mí me gusta Michael, pero si el día de mañana él llega a decidir ser cantante, va a ser una carga demasiado grande.Queremos que sea fácil de pronunciar en los dos idiomas, corto y que no tenga sobrenombres. Ya veremos.
–¿Por qué lo van a tener en Canadá?
–Porque Mike quiere que lo conozca su abuelo, que ya está muy grande y no puede viajar. Mi familia se va a trasladar.
–¿Preparaste el cuarto?
–No, solo vacié una habitación y la pinté de blanco. Voy a viajar dos meses antes del nacimiento y ahí compraré los muebles. Seguramente les pida ayuda a mis cuñadas y a la mamá de Mike que, aunque no se dedican profesionalmente, son buenísimas decorando. Además, las hermanas de Mike me recomendaron que espere hasta el baby shower porque allá son tipo casamiento, con tarjeta de invitación, mesas, decoración y regalos increíbles. Solo me ocupé del cochecito y la practicuna, que la voy a dejar acá.
–¿Dónde viven en Canadá?
–En Vancouver, a 40 minutos de la familia de Mike. Aunque no es tan lejos, depende del tráfico que te agarre. Vivimos como en la montaña y queremos estar más cerca de ellos.
–El tema de la familia es central para los dos, ¿no?
–Sí. No es fácil encontrar a alguien que sienta lo mismo. Me pasó, alguna vez con algún novio, que me cuestionara por qué tenía que hablar otra vez con mi mamá, por ejemplo. A él también le pasó, así que nos entendemos.
–¿Cómo se imaginan en el rol de padres?
– El va a ser el mejor papá del mundo porque ama a los nenes . Le mandó hacer ropa porque quiere que se vista exactamente igual a él: los mismos trajes, remeras y hasta camperas de cuero que usa, pero en tamaño mini. Ya me siento mamá, lo vivo tranquila porque sé que está dentro de mí. La verdad es que ansío tener a mi hijo en brazos y quisiera verle la carita, sobre todo ahora que está empezando a patear.
–En medio de tanto cambio, vas a participar de En terapia (pronto, en la Televisión Pública).
–Sí, son ocho capítulos y voy a ser la paciente de los jueves. Estoy feliz porque nunca trabajé con Diego Peretti y lo admiro desde siempre. Grabamos en un ambiente tranquilo y silencioso, que va perfecto con mi estado. También me alegra estar bajo las órdenes de Alejandro Maci, que es un gran director. Este papel es algo totalmente diferente de lo que hice antes, así que estoy encantada y me resulta un desafío. Después, una vez que nazca el bebe, ya veré cómo me las arreglo con las propuestas que tenga.
–Sí, son ocho capítulos y voy a ser la paciente de los jueves. Estoy feliz porque nunca trabajé con Diego Peretti y lo admiro desde siempre. Grabamos en un ambiente tranquilo y silencioso, que va perfecto con mi estado. También me alegra estar bajo las órdenes de Alejandro Maci, que es un gran director. Este papel es algo totalmente diferente de lo que hice antes, así que estoy encantada y me resulta un desafío. Después, una vez que nazca el bebe, ya veré cómo me las arreglo con las propuestas que tenga.
–¿Cómo deciden el tiempo que están en cada país?
–Como vaya pintando. La única regla que tenemos es no pasar más de dos semanas y media separados.
–¿Y eso cómo te resulta?
–Por un lado, está bueno, porque somos muy independientes, nos gusta tener nuestros espacios. Después, cuando nos reencontramos, estamos juntos por lo menos dos meses.
–¿Le cocinás?
–Sí. Los dos cocinamos, pero él cocina mejor que yo. Me encanta el risotto que prepara y la sopa de verduras, toda picadita y con pollo.
¿Te estás cuidando con la comida?
–Sí, estoy comiendo normal. Pero Daniela, que es nutricionista, me armó un plan para engordar lo justo.
–Sí, estoy comiendo normal. Pero Daniela, que es nutricionista, me armó un plan para engordar lo justo.
–Tu vida tiene mucho de cuento de hadas. ¿Qué es lo que más te impresiona?
–Soy una persona positiva. Es decir: siempre que quise que pasara algo, se me dio. Si tirás cosas positivas te vuelven. Además, tengo fe, creo en Dios y siempre quise tener mi familia, más allá de encontrarlo a Mike.
–Vos, encima, eras su fan…
–Sí, tocaba sus temas en saxo. Es raro. Por eso fue tan difícil al principio. El, de entrada, me decía que iba a estar todo bien entre nosotros, que la relación iba a funcionar, y yo era más de poner los pies en la tierra. No me quería ilusionar: él vivía allá, yo acá… Lo mismo cuando me propuso casamiento. Yo le dije: "OK, pero ¿tenés la misma idea que yo, esto es en serio?". Es que mis referentes son mis padres, que pasaron por mil cosas, pero la pelearon y están juntos y felices. Yo pienso en el futuro más que él. Soy medio hincha…
–Habla bien de vos, te podrías haber cegado con una vida de viajes y jet set…
–Mike es muy humilde, como yo. Me parece raro verlo de esa manera porque para mí el es mi familia, no una estrella. Todo fue paso a paso. Y él, hasta el día de hoy, hace todo para que nuestra relación funcione.
–Dame un ejemplo.
–Por ejemplo, yo quiero estar cerca de mis padres y hermanos. El me dice que esté tranquila, que si hay que viajar, lo vamos a hacer, que si tienen que viajar con nosotros, también lo van a hacer.
–¿Van a fiestas en Hollywood?
–No. Solo a las que él tiene que ir sí o sí. En Hollywood vamos a comer, al cine. Somos dos personas normales, venimos del mismo lugar. Si estuviese acá, estaría preocupado viendo si estás bien, si querés tomar algo…
–¿Qué es lo que más te gusta de él?
–El, como persona. Suelo decirle que no se preocupe tanto por todo el mundo porque vive dedicado a los demás. También me gusta su familia, los quiero mucho, y sé que si el día de mañana pasa algo voy a tener el apoyo y el cariño de todos. Con ellos hablo mucho, incluso de temas de matrimonio. Y a veces hasta pueden interceder.
–Llevan dos años de casados y cuatro y medio juntos, ¿qué es lo mejor que él produjo en vos?
–Me hizo ver todo más positivo. Y aprendí a darle importancia a las cosas que realmente lo merecen. A él no le importa nada lo material. Y siempre me dice que no me preocupe por lo que no se puede arreglar. A veces mis amigas me cargan y me dicen que yo veo todo positivo, todo lindo, porque está todo lindo.
–Me hizo ver todo más positivo. Y aprendí a darle importancia a las cosas que realmente lo merecen. A él no le importa nada lo material. Y siempre me dice que no me preocupe por lo que no se puede arreglar. A veces mis amigas me cargan y me dicen que yo veo todo positivo, todo lindo, porque está todo lindo.
–¿Tener una vida tan privilegiada resintió alguna amistad?
–No, porque toda la gente que me rodea está conmigo desde hace mucho tiempo. Eso me hace tener los pies en la tierra y no sentirme jamás más que nadie.
Texto: Lucila Olivera
Fotos: María Teresa de Jesús Alvarez .
Fuente: www.hola.com.ar
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