Desde el 27 de agosto, Luisana Lopilato vive entre las nubes y se arropa con los rayos del sol. Su bebé Noah, fruto de su matrimonio con el cantante canadiense Michael Bublé, iluminó su vida y la llenó de nuevas experiencias.
"¡Una de las primeras noches que pude dormir bastante bien! No es por nada... ¡¡¡pero no hay nada como volver a dormir boca para abajo!!!".
Instalada en la ciudad de Vancouver, la actriz disfruta del momento a flor de y descubre a día nuevos pliegues de la vivencia maternal. es de rosa y felicidad, aunque también atraviesa un normal proceso de adaptación en su rutina.
El pequeño Noah, como todo bebé, no conoce de horarios por lo que la flamante extraña las largas horas de descanso. Fiel usuario de las redes sociales, Luisana compartió su queja con sus casi tres millones de seguidores. “¡Se me cierran los ojos del sueño! Madrugando... ¡las ojeras que tengo hoy son tremendas! ¡Jaja! Perooooo.... ¡feliz!”, reconoció Lopilato, en Twitter.
Pero bueno, como todo en la vida y como reza el refrán, “una de cal y una de arena”. Porque si bien desde la llegada de Noah el descanso se vio interrumpido, también tuvo una consecuencia física muy positiva. La gran panza de la actriz no le permitía dormir en su posición favorita y, luego de meses, tuvo un feliz “reencuentro”.
“En esta mañana un poquito fría acá en Vancouver, ¡una de las primeras noches que pude dormir bastante bien!”, comenzó, para luego rematar la frase: “No es por nada... ¡¡¡pero no hay nada como volver a dormir boca para abajo!!!”, escribió divertida Luisana. Y bueno, a soñar con los angelitos.
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